Los vegetarianos son extremistas, fanáticos, testarudos

Los vegetarianos son extremistas, fanáticos, testarudos

SOCIEDAD

¿Dónde está el extremismo? En un sistema que genera una vida de sufrimiento en un universo concentracionista y que programa la muerte súbita de 60 mil millones de animales en todo el mundo cada año (casi mil millones sólo en Francia)? O en el niego absoluto de algunas personas que no toleran este masacre?

¿Que hay de negativo en estar "extremadamente" a favor de los intereses de los seres sensibles o de ser "extremadamente" no-violento? El rechazo intransigente de los productos procedentes de la explotación animal puede parecer "extremo" para algunos. Pero toda postura ética fuerte se traduce por una práctica coherente. Por lo tanto, diríamos que alguien que se opone al asesinato, a la violación y a la esclavitud, que lo es por principio y no "de vez en cuando" o de manera relativa, que es extremista? En este sentido, los vegetarianos éticos son radicales y coherentes, no extremistas.

El extremismo es un pensamiento dogmatico, que preconiza métodos violentos para imponer una actitud universal independientemente del interés o de la voluntad de otros. Si es verdad que el vegetarianismo aspira a un cambio radical en la sociedad, el no puede, por definición, hacerlo utilizando la violencia, ya que esta basado en el respeto hacia los animales vivos, incluyendo a los seres humanos. Al contrario de un fanatismo homicida, su objetivo es salvar la vida de los animales. El vegetarianismo no es un dogma, no pretende ser una verdad universal absolutamente indiscutible. El vegetarianismo es una forma alternativa de pensar y una práctica coherente basada en argumentos fuertes y racionales, respaldado por décadas de investigación en la filosofía moral, la etología, la nutrición, la sociología y la ecología.

El integrismo es un rechazo de cualquier evolución, en nombre del respeto inquebrantable de una tradición, de una pureza original. Por el contrario, las reivindicationes del vegetarianismo son progresistas ya que desafían las tradiciones más arraigadas.